lunes, 21 de mayo de 2012

Aparentemente, por una vez, un rato

-Estaba paseando y me he acordado de un problema que tiene una amiga.
-¿Qué le pasa a tu amiga?
-Asuntos del corazón, le interesa un hombre mayor que ella y aparentemente más maduro.
-¿Es muy joven tu amiga?
-Más o menos de mi edad. El caso es que ella no sabe en qué momento le empezó a gustar ese hombre
-¿Ese es el problema? ¿tanto le cuesta sincerarse con ella misma y el interesado? ¿o es que teme que no sienta lo mismo?
-Yo creo que él también se siente atraído por ella, aunque a veces no lo demuestre. El problema es que ese hombre esta disponible para demasiadas chicas
-¡Vaya, vaya con tu amiga! Debería sopesar la idea de no tener nada serio con ese hombre, yo le recomendaría que se olvidara de él.
-Si, ya lo he hecho pero ella ha decidido por una vez olvidarse de todo y pasar un rato agradable con ese hombre, aunque sea un rato.
-Y después ¿que espera hacer? ¿romperle el corazón en mil pedazos?
-Después ya se verá, que más da, 
-¿Que es lo que quiere ella exactamente?
-Quiere parar de pensar en todos los problemas que pueda acarrear una relación con ese hombre y disfrutar de esta noche sin ningún tipo de censura.
-¿Sin ningún tipo de censura?
-Ninguna, además a ella le hace muy feliz estar con ese hombre

4 comentarios:

derramada dijo...

Ay ella, siempre sucumbiendo al instante y la imprudencia... qué envidia me da.

Ele dijo...

Todo es echarle valor y sobretodo dejar de pensar en todo lo demás, hagamos como ella María :)

Javier dijo...

yo opino igual. Los fracasos y las rupturas duelen, pero lo que siempre se queda en la cabeza son las ocasiones perdidas. Cuando pasan los años son las únicas que nunca dejan de rondar en la cabeza.

Ele dijo...

No somos lo suficientemente valientes Javier, o pensamos que evitamos un error... pero a largo plazo..es lo que tu dices :)