Cuando tus ojos traicionaron tu raciocinio convencido.
Justificado por ti, ayudado por canciones, para salvaguardar tu conciencia.
Hasta te hice burla al notar tu mirada clavada.
Cansada de reconocerla y que no le acompañen las palabras adecuadas.
Nunca nos despedimos y el fuego no se apaga con recuerdos.
Hay quién valora un; "estabas preciosa, buenas noches."
Y quiénes se quedan a pelear aceptando cualquier imprevisto, sin miedo a perder.
¿Después que nos queda? Imaginar, soñar, esperar un impulso irreal.
Sentirse deseada, observada, idolatrada y hasta mitificada.
Ser tu Eco y tú mi Narciso. Ponerse nerviosos ante el siguiente movimiento.
O quizá tu aprendas a controlar la intensidad de tus ojos y nunca más te vuelvas a fijar.