domingo, 16 de mayo de 2010

Anais Nin

Contar historias es el único bálsamo, la única droga, la única isla permanente, indestructible, constante y habitable en todo momento...
Esto ya no es un intermedio para una sed y una curiosidad interminables, sino una posesión del presente y de lo cercano que no he despreciado nunca, y ahora por vez primera aprecio el refugio, el reposo, la ventana y la puerta suavemente cerradas que dicen: Todo está aquí, en el presente, en la tierra.